Tras esta denuncia, McDonald’s suspendió el uso de Pink Slime en la fabricación de sus hamburguesas para Estados Unidos.
Jamie Oliver , un chef inglés, ha ganado una batalla contra una de las cadenas de comida rápida más grandes del mundo. La queja del chef contra McDonald’s tenía como objetivo probar la mala calidad de sus hamburguesas. El chef ha atacado duramente al mundo de la comida rápida, acusándolo de utilizar carnes de mala calidad estiradas con materiales de desecho como huesos, cartílagos, tendones y luego blanqueadas con hidróxido de amonio.
La denuncia de Oliver no pasó por canales vinculados, sino a través de un programa de la BBC de gran éxito, The Food Revolution , en el que demuestra cómo se blanquea la papilla con hidróxido de amonio y cómo se hacen nuggets de pollo a partir de restos de huesos y cartílagos.
Tras esta intervención televisada, McDonald’s decidió cambiar la receta básica, aunque sigue negando que la causa sea Oliver o el miedo a nuevas denuncias. ¿Simplemente un intento de marketing para limpiar la imagen? ¿Ha notado que sus vallas publicitarias ahora han cambiado y son verdes? otra operación de marketing.
Hace unos años, McDonald’s mintió sobre el caso de las papas fritas , omitiendo y negando que contengan trazas de gluten. Surgió una mentira sensacional que le costó caro al gigante, ya que se interpusieron denuncias por valor de millones de dólares por las dolencias que padecen los celíacos, y se verificó la presencia real de gluten .
Pero, ¿qué es Pink Slime?
La baba rosada más conocida no es más que un producto bovino finamente desmenuzado, resultado del proceso que separa la carne magra de la grasa, trozos de hueso, tendones, cartílagos y otros “desperdicios” derivados de los cortes más valiosos y rentables.
Por lo general, esta parte se descarta y, en cambio, se trata y se despulpa y se usa ampliamente en la alimentación animal y también sirve para aumentar el volumen de hamburguesas, wurstel y salchichas que se venden descuidadamente en todo el mundo.
Esta papilla se trata con lo que se conoce más comúnmente como hidróxido de amonio que se usa porque sirve para aumentar el pH del producto al reducir el riesgo de crear bacterias peligrosas para el consumidor. Seguramente este procedimiento reduce en gran medida los riesgos en el consumo de este producto, pero no es del todo saludable, considerando también que este tratamiento también se realiza en otros productos del mercado.
De hecho, conviene recordar que, a pesar de su potencial peligro, el hidróxido de amonio está autorizado regularmente por la FAO, la OMS y las autoridades sanitarias de la Unión Europea.