Artifishal es un documental centrado en el cultivo delsalmón y muestra que, contrariamente a lo que puede parecer, la piscicultura y los viveros tienen un impacto devastador en el medio ambiente.
La película documental ‘Artifishal’, producida por el minorista al aire libre, se presentará en el Festival de Cine de Tribeca el 25 de abril.
El Ecologista Evolutivo Dr. Kyle Young dice: “Ahora sabemos que atrapar peces salvajes y exponerlos en una incubadora – criarlos, eclosionarlos, mantenerlos durante cualquier período de tiempo – cambia la herencia genética”.
Contenido de la película documental
El documental captura la dramática situación en los viveros donde se crían peces en los estados de California, Washington, Oregón e Idaho y muestra las condiciones en las que se producen enormes cantidades de salmón genética y cualitativamente inferior. En un hermoso fiordo cerca de Alta, Noruega, la destrucción del medio ambiente submarino y las enfermedades causadas por una piscifactoría en mar abierto son testigos de los relatos devastadores de los activistas. “La gente siempre se ha considerado superior a la naturaleza y nos ha metido en problemas. Creemos que podemos controlarlo, pero en realidad, no podemos hacerlo – observa a Yvon Chouinard,fundador de la Patagonia – Las piscifactorías y las vallas de la red son sólo los síntomas y no las causas del problema. Si el salmón salvaje es importante para nosotros, tenemos que hacer algo ahora mismo. Una vida sin naturaleza salvaje y sin estas grandes especies icónicas es una vida miserable. Si perdemos todas las especies silvestres, también nos perdemos a nosotros mismos”.
Salmón cautivo y salvaje
La genética del salmón es muy compleja, es un tipo de pez que evoluciona para adaptarse a ríos específicos e incluso estaciones. El resultado de este tipo de cría es un pez genéticamente inferior, que no ha sido criado en un ambiente hostil como un pez salvaje, y es menos adecuado para la vida en la naturaleza. Cuando los peces de incubación se reproducen con peces salvajes, cambian los mismos peces silvestres, haciéndolos menos adecuados para la vida en el río.
El efecto es devastador a nivel mundial, porque los peces cultivados son mucho más pequeños que los peces salvajes y esto tiene efectos de largo alcance.
Económicamente tiene un fuerte impacto en las comunidades indígenas en su bienestar, ya que gran parte de la cultura indígena de la costa oeste está vinculada al salmón y sus rituales asociados.
La campaña europea, en apoyo del medio ambiente, documenta la industria de cultivo de salmón en Islandia, Noruega, Escocia e Irlanda y pide al público que firme una petición de los gobiernos de estos países para prohibir la práctica de criar peces en recintos de redes offshore.
La industria se expandirá exponencialmente en los fiordos prístinos de Islandia y sigue creciendo a un ritmo alarmante en Noruega, Escocia e Irlanda. Estas enormes vallas de red abierta permiten el libre flujo de enfermedades y la contaminación en el entorno circundante, donde el salmón salvaje y la trucha marina luchan por sobrevivir. En los últimos 40 años, la presencia de salmón del Atlántico en los mares ha disminuido de diez a tres millones, y si no protegemos su hábitat pronto podrían convertirse en una especie en peligro de extinción.